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Javier Burrai le puso a los guantes el nombre de su papá que falleció, se corona campeón y se va en llanto

Cuando Javier Burrai era un niño y comenzaba a ser portero, siempre tenía a su papá detrás del arco. Él lo alentaba y le daba indicaciones para mejorar. Estaba ahí para apoyarlo. Don Oscar se convirtió en la persona más importante para su hijo y siempre creyó en lo que podía hacer. 


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El arquero Javier Burrai.



Él estuvo en cada paso de la carrera de Javier. Sin embargo, falleció en octubre de 2020 y el arquero quedó desconsolado. Al enterarse de la muerte de su padre, el guardapalos dejó al Barcelona de Guayaquil y, partió de inmediato hasta Argentina para darle el último adiós. Javier sabía que físicamente ya no lo acompañaba, pero que lo iba a hacer desde el cielo.  

Cuando el portero regresó a Ecuador, estuvo más inspirado que nunca y tuvo un partido que siempre lo llevará en la memoria. El rival con el que se convirtió en la figura indiscutible del compromiso fue contra Liga de Portoviejo, en el estadio Reales Tamarindos. 

Era su primer partido que tenía desde el fallecimiento de su padre. El futbolista quiso darle un justo homenaje y tapó con un gran nivel: dejó su portería en cero y salvó varias ocasiones de gol que tuvo el rival. El juego lo terminó el club barcelonista por 0-2 y Burrai al final del duelo se quebró en llanto y le dedicó el triunfo a su papá.


Javier Burrai y su papá Oscar.



Javier, de 30 años, tenía un objetivo pendiente y era el de conseguir el primer título de su carrera. No lo pudo hacer en clubes como Arsenal, Locarno, Deportivo Camioneros, Guillermo Brown, Sarmiento, Gimnasia y Esgrima Jujuy y por último el Macará.

Entonces tuvo su gran oportunidad de disputar la final de la LigaPro y no la desaprovechó con el elenco "torero". El contrincante era Liga de Quito, un rival de pocas pulgas en el fútbol ecuatoriano. En el duelo de ida empataron 1-1 en Guayaquil y en la vuelta terminaron igualados sin goles.

La definición del título terminó en los tiros penales y el portero se lució. En sus guantes tenía los nombres del papá: "Oscar Burrai", y en cada tiro del rival, era como si tuviera a su papá detrás de la portería, así como cuando era niño.


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Él fue el protagonista del título 16 de Barcelona en Ecuador. Logró atajar dos penales y en el tiro que le dio el campeonato a su equipo, se echó de rodillas al césped y comenzó a llorar.


Los guantes que usó Javier Burrai en el título de campeón que ganó con Barcelona.



Posteriormente expresó entre lágrimas: "Te juro que fue mi viejo, te juro que fue él", y lo hizo refiriéndose que su papá lo había ayudado desde el cielo a tapar los penales.

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