Enner en el calentamiento antes del partido. |
La gente decía: "Anda modo cabra. Ojalá que así esté en el partido". Algunos se reían. Había poca fe. No era para menos. En partidos anteriores falló oportunidades increíbles y se volvió un villano.
El partido
Ecuador no tenía profundidad. Parecía un cuchillo sin filo. Estaba muy predecible, muy avisado. Sin sorpresa. La gente estaba enfurecida. Más aún con Enner porque no producía. Era el malo de una película aburrida.
Para el segundo tiempo el técnico Sebastián Beccacece metió mano a la parrilla. Los cambios mejoraron al equipo. Había más explosividad, pero faltaba esa estocada final.
Entonces apareció Valencia. Como un héroe se elevó por los cielos, tras un centro de Alan Franco. Le ganó en el aire a la defensa y al portero peruano Pedro Gallese, quien no salió. Fue como un asesino a sangre fría. Solo tuvo una oportunidad de gol y la hizo. Pero fue más que suficiente para ganar el partido.
Con ese gol, Valencia volvió a respirar tranquilo. Tenía una larga sequía sin anotaciones. La hinchada tricolor se volvió a enamorar de Enner y en el Rodrigo Paz, de Quito, se coreó su nombre.
Ecuador ganó, pero al profe Beccacece todavía le falta mucho por trabajar. Kendry Páez debe aparecer más. Se espera que en las siguientes jornadas se vea un mejor funcionamiento.
Siguiente fecha
La novena jornada de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, será el 10 de octubre, en Quito, contra Paraguay.
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