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Rafael Pincay cuando atajaba en el Deportivo Cuenca. |
Rafael manifestó que él como portero no utilizaba guantes ni canilleras. Habían muchas carencias, pero quien jugaba al fútbol, demostraba su amor puro por la bendita pelota: "Los masajistas ponían un balde, ahí metían naranjas cortadas y espumas con agua para darle a los futbolistas. Así era el tema de la hidratación", recuerda Pincay.
MUCHA PICARDÍA. Antes, en la cancha, se hacían cosas que ahora no están permitidas. Los defensas tenían verdaderas batallas contra los delanteros. Menciona que habían escupitajos, golpes a los tobillos, pellizcos, se hacía de todo para frenar a los atacantes: "Uno en ese tiempo lo veía normal. Los árbitros no se querían complicar y se hacían de la vista gorda. Cada que un club iba de visitante, ya sabía que iba a tener en contra a los árbitros porque siempre pitaban a favor del local.
En este tiempo todo lo ven porque hay cámaras que observan cada detalle", declaró. Además, los camerinos del club visitante no tenían energía eléctrica, muchas veces se encontraban inundados, estaban sucios y se encontraba hasta picapica. Se lo hacía con el objetivo de que el jugador entre con problemas a la cancha. Por eso los futbolistas se cambiaban en el autobús.
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Juventud Italiana en 1971. |
EL FÚTBOL ES POLÉMICA. Para Pincay, al fútbol se le ha quitado un ingrediente importante: la polémica. Considera que es bueno la llegada del VAR pero le resta la esencia de este deporte, ya que cree que la polémica genera más emociones. "El fútbol es discución, que si fue mano, que si no fue, que si fue roja, que si no, que si estaba adelantado, que si no. En fin, la polémica va de la mano y por eso este deporte es el más seguido en el mundo", se refirió.
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El conjunto del Deportivo Cuenca en la temporada 1973.
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Recuerda como anécdota un partido de 1971, en Serie A, cuando estaba en la Juventud Italiana. Al club mantense le tocó visitar a Deportivo Cuenca, habían tres árbitros, uno falló, entonces cada juez pitó media cancha, así como en el básquet. Ganó el Cuenca, el cuadro de Manta hizo la apelación porque decía que era ilegal que dos árbitros piten un partido de fútbol profesional, cuando deberían ser tres los que estén en cancha. Desde ahí la FIFA comenzó poner cuatro jueces, por si acaso alguno fallaba, dijo.
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El portero Pincay en la portada de la revista Estadio cuando llegó al Barcelona. |
Pincay comenzó a jugar fútbol a los 19 años y se retiró a los 26 años. Estuvo en el Emelec de Tarqui (amateur), Juventud Italiana (Serie B y A), Barcelona (Serie A), Liga de Portoviejo (Serie A) y terminó su carrera con el Cuenca (Serie A). No amasó grandes fortunas jugando fútbol profesional, le alcanzó para sobrevivir, la situación económica hizo que cuelgue los guantes y se fue a trabajar en diversas actividades a Estados Unidos.
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Rafael Pincay junto a su familia. |
En la actualidad, él está jubilado, tiene cinco hijos, obtuvo nacionalidad estadounidense, se encuentra casado, cada dos o tres veces al año visita Ecuador. Es feliz porque el balón le ha dejado muchos amigos y grandes recuerdos del fútbol de antaño, fútbol puro.
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