Horacio Montemurro puede sentarse con los más poderosos de una nación y a la salida le tenderá la mano a cualquier pibe que esté bajo la lluvia. Muchos hablan de humildad, pero él prefiere ponerla en práctica. Sabe que las acciones dicen más que las palabras y lo tiene bien claro; valora la vida como nadie, por eso la disfruta a cada instante.
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| Horacio Montemurro, entrenador. |
El argentino estuvo en la milicia para ir a la Guerra de las Malvinas. Vio a la muerte a los ojos, le hizo frente, se volvió más fuerte y siguió luchando: "Lo que más me marcó es que vi batallones completos que no regresaban al continente", dijo. Él tenía 19 años y jugaba en el Argentinos Juniors. Recién había terminado el servicio militar, pero lo volvieron a llamar para servir a la patria.
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La disputa comenzó en abril de 1982 y Argentina no dejó que fácilmente Reino Unido le quite las islas: "Tuve la bendición de Dios de no ir al frente de batalla y me mantuve haciendo logística para los chicos que iban", declaró. Cuando se unió a la milicia, se encontró con historias de personas que no tenían para comer y él en ese momento le agradecía de corazón a sus padres porque nunca le faltó la comida.
Pero Montemurro reconoció que le dolió hasta el alma cuando hizo amigos que fueron a la batalla y que nunca más volvieron. Horacio se quiebra y toma un respiro para volver a hablar. Son momentos muy tristes de su vida y aunque pasen los años, es como si hubiese sido ayer.
Manifestó que no había el armamento necesario, ni la ropa, que habían chicos que morían de frío, a otros les cortaban las piernas. En Malvinas hay 30 grados bajo cero y es difícil por la hipotermia. Recordó que hubo muertos de hambre y que fue muy doloroso. Todo eso hizo que Horacio forme una armadura psicológica para enfrentar la vida.
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| La Guerra de las Malvinas dejó cerca de mil personas fallecidas. |
Dice que le sirvió para aprender a vivir, para devolver a sus papás lo que le dieron, para cuidar de su familia, de sus amigos, para no creerse más que nadie porque sabe para dónde vamos todos.
VILLA DEVOTO, EL BARRIO QUE NUNCA OLVIDA Y EN EL QUE JUGÓ CON DIEGO MARADONA
En las calles del barrio Villa Devoto, de Buenos Aires, es donde comenzó a jugar a la pelota y lo hacía con Diego Maradona. Es un lugar tranquilo donde las casas no se venden, sino que se heredan. Hay un sentido de pertenencia porque las familias se siguen quedando a pesar de tener las chances de salir: "Te cruzas con personas que fuiste en la primaria y secundaria, con amigos de la infancia y es algo único", se refirió.
Recuerda que un fin de año del 31 de diciembre decidió ir con su familia a la casa del primo hermano de la exesposa de Maradona (Claudia Villafañe) y que a las cuatro de la mañana del 1 de enero llegó Diego con un custodio en una camioneta BMW de vidrios negros. Los amigos de Montemurro se encontraban borrachos y por eso Maradona decidió sentarse con él para conversar.
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| Gonzalo Montemurro (hijo de Horacio) junto a Maradona. |
Entonces el hambre se hizo presente, Maradona comió pollo y tomó cerveza; mientras que Horacio bebió coca. Se hicieron las seis de la mañana y el "10" sacó un cajón enorme, fue a la esquina, prendió fuego a la mecha, explotó los juegos pirotécnicos e hizo despertar a los vecinos de Villa Devoto.
Poco después pasó un muchacho, se quedó mirando a Maradona y le preguntó: "¿Vos sos Diego?", le respondió sí, volvió a preguntar y esta vez fue que si le podía dar un abrazo, Maradona no se negó y se abrazaron. Aquel muchacho se fue saltando porque había conocido a su ídolo y comenzó a contar que había visto al "Pelusa" en el barrio y que le dio un abrazo a las seis de la mañana del 1 de enero, pero nadie le creyó, recuerda Montemurro.
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| Familia de Horacio Montemurro. |
Horacio y Diego jugaron juntos en las categorías infantiles de Argentinos Juniors. Maradona es mayor por dos años. Siguen en contacto. Reconoce que es el mejor jugador que ha visto. Incluso, Montemurro está colaborando para hacer un libro de las historias de Maradona: "Le conozco de todo un poquito", comentó.
HORACIO MONTEMURRO SE SIENTE COMO EN CASA CUANDO ESTÁ EN MANTA
A nivel internacional, Delfín es el primer club en el que está Montemurro. Se quedó maravillado de Ecuador y la ciudad de Manta lo hizo sentir como si estuviera en casa y como si no quisiera irse. Entrena, camina, conoce y eso lo tiene feliz.
Uno de los pasatiempos favoritos de Horacio es la pesca, lo es desde hace varios años. Ha planificado salir a pescar en las aguas del Océano Pacífico. Hace tres meses que no pesca y está desesperado. En Argentina tiene una pequeña embarcación en la que disfruta de su hobbie.
Dice que a pesar de haber estado en más de 15 clubes de Primera División, nunca ha visto a un presidente como José Delgado, y eso que ha laborado con Marcelo Tinelli (San Lorenzo) y en su momento con Aníbal Fernández (Quilmes), quien era la mano derecha de Cristina Fernández (ex presidenta de Argentina). Con ellos se sentaba a comer. Reconoce que el máximo dirigente de Delfín lo sorprendió para bien.
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| Montemurro (der.) en una práctica con Delfín SC. |
Montemurro tiene alma de entrenador principal, pero en Delfín aceptó ser el asistente de Miguel Ángel Zazhú. Reconoció que antes de llegar, ambos se preguntaron que quién iba a ser el uno y que respondió que no tenía problemas con el protagonismo y que podía ser alternante.
La esposa de Horacio es Rossana. Tiene dos hijos: Lucía (17 años) y Gonzalo (32 años). Además, tiene una nieta de tres años y es Sofía. Todos se encuentran en Argentina.
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| El entrenador, su esposa y su hija. |
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| Horacio junto a su nieta y su hijo. |
DELFÍN ESTÁ PENSANDO EN LA LIBERTADORES CONTRA PALMEIRAS
Montemurro es alguien que le gusta trabajar mucho la parte psicológica de los futbolistas. Les dice que en la cancha todos son iguales, que son once contra once, que puede pasar de todo y que nunca dejen de confiar en lo que pueden hacer. Ha dirigido clubes que juegan con más de 60 mil personas. Él no se achica contra nadie.
Dice que cuando entra a un estadio, no escucha los insultos de los hinchas, pero que si su señora le grita en medio de la multitud, le reconoce la voz. "Mi psicólogo dice que debe ser por la experiencia que tengo que he aprendido a hacer eso", contó el técnico de 58 años.
A los insultos no les presta atención. No les da importancia. Menciona que sí hay otros motivos para poner todas las miradas y uno de los tantos es la pobreza con la viven muchas personas. Horacio trabaja con una ONG (Organización No Gubernamental) para darle la mano a quienes más lo necesitan en Argentina.
CARRERA DE MONTEMURRO COMO JUGADOR Y COMO ENTRENADOR
Horacio se formó en las inferiores en Argentinos Juniors, después pasó a General Lamadrid (campeón y ascenso), Defensa y Justicia (tiene el récord actual de ser el jugador con más partidos en el club) y se retiró en el Chacaritas Juniors, en 1991.
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| El defensa Montemurro (2) en el Chacarita Juniors de 1991. |
Su carrera como entrenador inició en 2007. En estos clubes ha sido asistente: Newell's Old Boys, Racing, Quilmes, San Lorenzo, Argentinos Juniors, Tristán Suárez, Arsenal, Huracán, Tigre, Tucumán y en 2020 llegó a Delfín siendo ayudante de Zahzú, quien renunció a su cargo por malos resultados, y por eso Horacio asumió el puesto de técnico principal.
Montemurro es el quinto DT delfinista en este año. Anteriormente pasaron Miguel Ángel López, Carlos Ischia, Javier Carvajal (interino).
El argentino destacó como ayudante de Ricardo Caruso Lombardi. Mientras que como director técnico ha dirigido a: El Porvenir, Sportivo Italiano y General Lamadrid.
En Racing es reconocido. Le entregaron una placa por haber sido parte de salvar la sede del club debido a que los dirigentes querían venderla. Entre los jugadores más destacados que ha dirigido en su carrera están: Gabriel Mercado, Pablo Migliore, Néstor Ortigoza, Leandro Romagnoli, Julio Buffarini, Justo Villar, Leonel Vangioni y Esteban Andrada.
LO MÁS DESTACADO:
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- David Castro, la "sota" paraguaya de Delfín para la Copa Libertadores.
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Él trata de transmitir confianza a los futbolistas para que se crean capaces de todo. Montemurro tiene una personalidad muy tranquila, de pocas palabras, pero cuando le hablan de fútbol se vuelve una biblioteca.
Él cree en Dios y considera que en el mundo siempre hay justicia divina. Por tal motivo, trata de obrar bien.
Horacio, genio y figura.
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